La II
República española fue de las mujeres, a las que se les dio reconocimiento como
personas. Se reconoció el principio de igualdad de derechos entre hombre y
mujeres. Se aprobó el sufragio femenino, se implantó el matrimonio civil y se
aprobó el divorcio, se sancionó la igualdad en el acceso a los puestos
oficiales, y el analfabetismo femenino descendió al 37 %.
Quedaba
mucho por hacer y los logros fueron efímeros. El 1 de abril de 1939 se evaporó
todo lo conseguido, y habría que esperar más de 40 años para recuperar el punto
de partida que había significado la conquista del voto en 1931.La República fue
de las mujeres, y tal vez por ello la defendieron como bandera de su propia
dignidad personal. Muchas se dejaron la vida en el intento.
La
igualdad entre la mujer y el hombre está aún muy lejos de ser real. La mujer
del siglo XXI aún es maltratada y golpeada por el hombre (hasta el 70% de las
mujeres de todo el mundo han sido agredidas sexual o físicamente en algún
momento de su vida).
Es una
mujer trabajadora, sí. Pero continúan las discriminaciones salariales; el mayor
desempleo, contratos eventuales y a tiempo parcial; la casi nula presencia de
las mujeres en los niveles superiores de la escala salarial; la escasa
participación de la mujer en la toma de decisiones; la imagen de la mujer en
los medios de comunicación, ¿casualidad? La incorporación de la mujer al mundo
laboral, no ha supuesto, sin embargo, una modificación del modelo familiar y de
la vida doméstica, generando dobles jornadas de trabajo para la mujer…
Queda un
largo camino por recorrer, pero no daremos ni un paso atrás en la lucha por la
igualdad real y la justicia. Por aquellas mujeres, que plantaron la semilla de
lo que somos hoy, por nosotras y por las que vendrán.
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